Guía semestral USS

Septiembre 2025


 

 

Guía semestral USS :  para docentes que dejan huella


1.- Encuentro Inicial: Lineamientos para la Primera Semana de Clases

 

El docente, como formador USS, tiene el deber de guiar este proceso con responsabilidad, cercanía y excelencia, contribuyendo al desarrollo integral de los estudiantes, tanto en su dimensión profesional como personal.

 

En coherencia con nuestro Proyecto Educativo Institucional, inspirado en los valores del Humanismo Cristiano, promovemos una docencia centrada en la persona. Por ello, este primer encuentro debe propiciar un espacio donde el estudiante se sienta acogido, escuchado y comprometido, reconociéndolo como protagonista de su aprendizaje.

 

Presentación del Docente y Generación de un Clima Acogedor


El primer contacto con el grupo es una oportunidad para generar cercanía y credibilidad. Se recomienda iniciar saludando cordialmente, presentando su trayectoria académica y profesional, y compartiendo brevemente qué lo motiva a enseñar esa asignatura. Esta presentación ayuda a construir confianza y
humanidad, fundamentales para un ambiente de aprendizaje significativo.
 

En la USS valoramos el trato respetuoso y horizontal.

Modelar ese respeto desde el inicio —en el lenguaje, la disposición y la actitud— favorece un clima de aula que refleja nuestros principios de ética, integridad y trabajo bien hecho.

 

Presentación y Revisión del Programa de la Asignatura

 

La planificación requiere ser presentado y discutido en la primera semana, promoviendo que los estudiantes comprendan a cabalidad los objetivos, contenidos, metodologías, evaluaciones y reglas del curso. Esta transparencia inicial fortalece la confianza y la corresponsabilidad.

 

Resultados de aprendizaje


Es fundamental explicar qué se espera que los estudiantes logren y cómo esos aprendizajes se conectan con su desarrollo profesional. Este punto conecta con el valor institucional de trabajo bien hecho, promoviendo la búsqueda de la excelencia académica con sentido.
Describir las unidades temáticas, tipos de actividades (clases, proyectos, laboratorios, etc.) y fechas relevantes permite a los estudiantes organizarse, anticiparse y comprometerse con el proceso formativo. Informar desde el inicio sobre bibliografía obligatoria, plataformas, software o equipamiento necesario, así como las horas estimadas de estudio autónomo, ayuda a generar una cultura de responsabilidad y gestión del tiempo.

 

Es importante explicar claramente las políticas institucionales de asistencia, evaluación, convivencia y comportamiento en aula. Establecer reglas desde el principio, la puntualidad o los criterios de justificación de inasistencias, esto permite alinear expectativas y evitar ambigüedades.

 

Esta claridad normativa se alinea con el principio de ética e integridad, promoviendo relaciones justas, consistentes y coherentes entre lo que se declara y lo que se exige.

 

Espacio para diálogo y acuerdos


Fomentar que los estudiantes hagan preguntas o expresen inquietudes sobre el cronograma y las evaluaciones es una buena práctica. Algunos docentes elaboran incluso “acuerdos de curso” o “contratos pedagógicos” que resumen los compromisos compartidos.


Preguntas como:
 

“¿Qué espero de ustedes como estudiantes y qué esperan ustedes de mí?”     “¿A qué nos comprometemos en este curso?”
...permiten abrir espacios para la reflexión, el acuerdo y la construcción conjunta de una experiencia de aprendizaje transformadora.

 

Una Primera Semana con Propósito


La primera semana no es solo el inicio del semestre; es el punto de partida de una experiencia formativa con sentido. Cuando el docente estructura esta semana de forma intencionada y alineada con los principios institucionales USS, está modelando una forma de enseñar que pone al estudiante al centro,  que promueve el aprendizaje profundo, y que refleja nuestro compromiso con la formación de buenos profesionales y mejores personas.

 

2.- Monitoreo del aprendizaje y acompañamiento estudiantil

 

En esta etapa del semestre, monitorear el aprendizaje de manera temprana y brindar acompañamiento oportuno se vuelve fundamental para potenciar el logro académico y favorecer la experiencia universitaria, especialmente en estudiantes de primer año.
 

Herramientas para identificar brechas tempranas en el aprendizaje

 

Detectar a tiempo las dificultades de los estudiantes es clave para orientar el proceso de enseñanza y asegurar que todos logren los aprendizajes esperados. En esta etapa del semestre, el uso de herramientas simples y efectivas permite al docente reconocer tempranamente brechas de
conocimiento o habilidades y así ofrecer un acompañamiento oportuno.

  • Revisar resultados de diagnósticos iniciales y primeras evaluaciones: Permite reconocer patrones de dificultad en contenidos o habilidades fundamentales.

  • Aplicar sondeos rápidos en clases (preguntas orales, encuestas digitales, foros en aula virtual): Estas instancias de retroalimentación inmediata facilitan la identificación de dudas recurrentes.

  • Observar la participación y el rendimiento en actividades prácticas o grupales: Muchas veces las brechas aparecen reflejadas en la disposición a trabajar, la capacidad de organización o la expresión de ideas.

 

Estrategias para fomentar la participación activa en clase

  • Metodologías activas: Incorporar técnicas como pregunta al vuelo, think-pairshare o estudios de caso breves para involucrar a todos los estudiantes.

  • Roles rotativos en actividades grupales: Promueve responsabilidad compartida y compromiso en la dinámica de aula.

  • Reconocimiento positivo: Destacar aportes, incluso pequeños, incrementa la confianza y la motivación de quienes participan.

  • Espacios de reflexión: Permitir instancias cortas para que los estudiantes conecten los contenidos con su experiencia personal o futura  práctica profesional, fortaleciendo la relevancia del aprendizaje.

 

Orientaciones para derivar o acompañar a estudiantes con dificultades académicas o emocionales

 

En coherencia con la formación integral que promueve el Proyecto Educativo USS, es clave que los docentes puedan apoyar a quienes enfrentan desafíos particulares :  

  • Académicos: Recomendar la participación en talleres de apoyo al aprendizaje, tutorías o instancias de nivelación disponibles en la universidad.

  • Emocionales: Mantener una escucha activa y empática, y derivar —cuando corresponda— a las unidades de apoyo psicoeducativo y de bienestar estudiantil.

  • Acompañamiento cercano: Un breve mensaje, una conversación individual o la flexibilidad ante circunstancias justificadas pueden marcar una diferencia significativa en la trayectoria de un estudiante.

 

Referentes clave en la vida de sus estudiantes

 

El monitoreo temprano del aprendizaje y el acompañamiento integral son acciones que reflejan de manera concreta la misión de la Universidad San Sebastián: formar profesionales íntegros, capaces de aprender durante toda la vida y de contribuir activamente al bien común. Al identificar brechas en etapas iniciales, fomentar la participación activa y brindar apoyo oportuno, los docentes no solo favorecen el logro académico, sino que también fortalecen el sentido de pertenencia y el bienestar de los estudiantes.

 

Estas prácticas, alineadas al Proyecto Educativo USS, permiten consolidar una docencia centrada en la persona, en su desarrollo integral y en la construcción de vínculos pedagógicos significativos. Cada acción de acompañamiento, por pequeña que parezca, puede transformar la trayectoria universitaria de un estudiante, impactando en su confianza, motivación y compromiso con el aprendizaje.

 

En definitiva, al ejercer un rol cercano, reflexivo y proactivo, los docentes se convierten en referentes clave en la vida de sus estudiantes, dejando una huella que trasciende el aula y que contribuye al propósito mayor de nuestra universidad: formar profesionales que, desde su vocación y valores, respondan a los desafíos de la sociedad actual.

 

3.- Evaluación y retroalimentación en la docencia universitaria

 

“En la Universidad San Sebastián entendemos la evaluación y la retroalimentación como prácticas esenciales que van mucho más allá de la calificación : constituyen un proceso formativo que acompaña a los y las estudiantes en el desarrollo de su autonomía, su autorregulación y sentido de pertenencia, al mismo tiempo que funcionan como un puente pedagógico entre el desempeño actual y las oportunidades de mejora que les permitirán proyectarse hacia un aprendizaje profundo y transformador.”

 

En la Universidad San Sebastián, el compromiso con la calidad de la docencia se traduce en acompañar a los y las académicas en prácticas que potencien el aprendizaje y la formación integral de nuestros estudiantes. La evaluación y la retroalimentación son pilares clave en este proceso, ya que permiten no solo verificar logros, sino también orientar y motivar el aprendizaje continuo.

 

La evaluación en educación superior no debe entenderse únicamente como una instancia de calificación, sino como un proceso formativo que favorece la autonomía, la autorregulación y el sentido de pertenencia de los estudiantes (Boud & Falchikov, 2007). A su vez, la retroalimentación constituye un puente pedagógico entre el desempeño presente y el desarrollo futuro (Carless & Boud, 2018).

 

Evaluación para el aprendizaje


Un enfoque actual en la educación superior es la evaluación para el aprendizaje (assessment for learning), que desplaza la mirada de la mera medición hacia la generación de oportunidades para mejorar el desempeño académico.

 

En este modelo, los criterios de evaluación se comunican con claridad desde el inicio, se utilizan ejemplos y se favorece la participación activa del estudiante en la interpretación de la pauta. Esta práctica no solo aumenta la transparencia, sino que también promueve la confianza y la equidad en los procesos formativos (Nicol, 2009).


Claves prácticas para la USS :

  • Explicar desde la primera clase los objetivos y criterios de evaluación.

  • Mostrar ejemplos de desempeños logrados y en desarrollo.

  • Promover la autoevaluación y la coevaluación como prácticas habituales.

 

Retroalimentación que transforma

 

La retroalimentación efectiva va más allá de señalar aciertos o errores; se centra en cómo mejorar y cuáles son los siguientes pasos. La evidencia muestra que el impacto de la retroalimentación es mayor cuando se entrega de manera oportuna, específica y dialogada (Hattie & Timperley, 2007; Nicol, 2021).

 

En contextos universitarios como la USS, donde la relación docente–estudiante es clave, la retroalimentación también cumple una función de acompañamiento socioemocional: fortalece la confianza, motiva y reconoce los logros alcanzados.


Recomendaciones para docentes USS:

  • Entregar retroalimentación temprana, mientras el estudiante aún puede mejorar.

  • Utilizar el modelo ASK:

    • Acknowledge (reconocer logros),

    • Suggest  (proponer mejoras)

    • Kickstart  (motivar a la acción).

  • Promover la retroalimentación dialogada, generando espacios de conversación académica.

  • Incorporar recursos tecnológicos (audios breves, comentarios en línea, quizzes interactivos) que faciliten una retroalimentación ágil y cercana.

 

Evaluación auténtica


En línea con nuestro Proyecto Educativo Institucional, la evaluación también debe ser inclusiva y auténtica. Esto implica considerar la diversidad de los estudiantes y diseñar tareas que se asemejen a la práctica profesional real (Herrington & Herrington, 2006).
En la USS, la evaluación significa ofrecer distintos formatos de evidencia (informe, póster, video) con los mismos criterios, asegurando que cada estudiante pueda demostrar su aprendizaje de manera significativa.
 

Buenas prácticas recomendadas:

  • Diversificar los instrumentos de evaluación.

  • Diseñar tareas vinculadas al contexto profesional.

  • Ajustar tiempos y cargas académicas de manera realista.

  • Entregar retroalimentación que refuerce la confianza y fomente la autorregulación.

La evaluación y la retroalimentación son mucho más que una exigencia académica: constituyen una oportunidad pedagógica para dejar huella en  nuestros estudiantes. Cuando se realizan de forma clara, inclusiva y dialogada, se convierten en prácticas que impactan no solo en los aprendizajes, sino también en la formación de profesionales capaces, reflexivos y comprometidos.

 

La invitación es a seguir consolidando en la Universidad San Sebastián una cultura de evaluación y retroalimentación que inspire, acompañe y transforme.